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Carta de Marta Gómez

Hola Tania,


soy una alumna de 1º de bachillerato del I.E.S. Jacarandá (en Brenes, Sevilla) y me gustaría comentar algunas cosas acerca de vuestro libro “Lágrimas por una medalla”

Tu historia me ha conmovido mucho, nunca hubiera podido imaginar todo el esfuerzo que requiere estar en un equipo nacional de gimnasia rítmica si no hubiera leído este libro.

Tantas exigencias como por ejemplo el peso, la estatura, no poder conocer a gente nueva, no poder salir, el estar tanto tiempo alejado de la familia…

Si yo hubiera sido tú no las podría haber aguantado tanto tiempo como tú aguantaste.

Lo que más me ha llamado la atención de tu estancia en Madrid fue que cuando alguna de vosotras ponía algunos gramos de peso, la entrenadora os castigaba sin comer y encima cerraba la cocina con candado para que no pudierais ir al frigorífico a coger comida. Con razón más de una acabó por debajo del peso que necesitaba tener.

También he visto mal que dejarais apartada la enseñanza por darle mas prioridad a los entrenamientos; entiendo que si querías ser campeonas mundiales tuvierais que dejar a un lado los estudios pero mira por donde cuando abandonaste el equipo y te pusiste a estudiar de nuevo, te veías en cursos que no se correspondían con tu edad y encima te costó mucho sacarte el bachillerato.

Otra de las cosas que me ha impactado fue cuando te vino la regla por primera vez y María, en vez de aconsejarte las cosas que tu madre te puede aconsejar ante esa situación, te dijo que ahora las caderas se te ensancharían y que tendrías que comer menos para poder mantener el peso para poder competir.

La verdad que luchaste mucho para conseguir el oro que te quedaba, pero te pusieron muchos impedimentos porque la entrenadora ya no te daba la misma importancia que te daba cuando entrenabas para Atlanta, ahora prefería nuevas gimnastas y se centraba menos en ti. Pienso que tus padres hicieron bien en sacarte del equipo porque tú ya no eras feliz en ese sitio y tu salud cada vez estaba peor.

Me alegra mucho saber que tu participaras en los juegos olímpicos de Atlanta y que ganara el equipo español y que disfrutaras de ese momento.

Tu experiencia me ha enseñado que todo lo que se quiere requiere de un sacrificio y de un esfuerzo que no es tan fácil como parece y que no siempre se consigue lo que uno se propone.


Con cariño:
Marta Gómez Conejero.

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