Hola Tania:
Me llamo Elena y soy de un pueblo de Sevilla, Brenes.
Te escribo
porque nuestro profesor de Educación Física -Fernando- nos mandó leernos
tu libro, “Lágrimas por una medalla”, y me gustó mucho porque en él
guardas tus emociones y sensaciones frente a esa etapa de tu vida: “Ser
campeona en Atlanta”.
Una de las
partes que más me gusta del libro es el apoyo de tu familia con el fin
de que tú pudieses cumplir tu sueño (supongo que como cualquier padre y
madre haría con su hijo), sobre todo las cartas que tu padre te mandaba;
eran muy emotivas en el sentido que te hacía ver que ellos siempre
estarían ahí y que siguieses con tu sueño de ser campeona aunque para
ellos ya lo fueras..., te apoyaban muchísimo.
Me llamó
muchísimo la atención el control con la comida pero, aunque fuese duro,
supongo que era lo que la norma regía para las entrenadoras, porque si
para ser campeona en Atlanta María Fernández y Emilia os decían que
teníais que comer eso, es lo que tendríais que comer; es más fuisteis
campeonas.
Me gustaría
haber visto esa escena en vivo y en directo: la medalla colgada en tu
cuello y esas lágrimas que caían de tus ojos; hubiese sido
impresionante, muchas sensaciones y emociones habrían pasado por mi
mente, y eso que no era yo la que ganaba la medalla. Pero el veros ahí
subidas a ese podium, en el escalón más alto…, fue maravilloso.
Es más,
cuando vi ese vídeo, un tremendo escalofrío entró por mi cuerpo, sobre
todo cuando también veía lo emocionadas que estabais, pero cuando de tus
ojos caían unas lágrimas fue súper emocionante de verdad, no me cansaré
de decirlo nunca.
Gracias por haber decidido contar tu historia a través de Cristina, porque como ya he dicho ha sido maravilloso.
Y con esfuerzo, todo se consigue, tarde o temprano…
Un saludo.
Elena López Barrera.
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