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Carta de Lorena Gómez

¡Hola Tania!
Mi profesor de Educación Física -Fernando Gómez Mancha- nos mandó tu libro "Lagrimas por una medalla".
Quiero decirte que me ha gustado mucho y darte la enhorabuena por el trabajo que has hecho.  
Quiero recomendar que este libro sea leído por mucha gente ya que hace abrir los ojos a muchas personas e informarnos de cosas que no sabemos.
En mi opinión personal  me parece desagradable  que haya gente con poder que se aproveche de ti y de los demás para sacaros todo el jugo económico y trataros como objetos hasta que ya no podáis más, bien sea por edad, lesiones, etc.
Tu representas el  sacrificio más duro y valiente que puede ofrecer una deportista y cuyo objeto es obtener la satisfacción de ser el mejor en algo. 
Tú tienes  el reconocimiento y el cariño de todos, especialmente el de tu familia.
Me parece dura la exigencia del peso y el querer que alcanzases la estatura que no tenías.
Quiero decirte, Tania, que -con la ayuda que has tenido de Cristina Gallo- ha sido un increíble relato y un esfuerzo grande contar lo que te sucedió.
Con esta terrible experiencia que has tenido..., para mí son inaceptables estas actitudes de las federaciones deportivas. 
Gimnastas como tú y las demás que le entregan tanto esfuerzo y sacrificio... pienso que deberíais recibir una alta  pensión de por vida…
¡Honor a la gimnastas que persiguen sus sueños como tú¡
¡Un saludo!  

Lorena Gómez Caro (Brenes, Sevilla)

Carta de Elena López

Hola Tania:
 
Me llamo Elena y soy de un pueblo de Sevilla, Brenes. 
Te escribo porque nuestro profesor de Educación Física -Fernando- nos mandó leernos tu libro,  “Lágrimas por una medalla”, y me gustó mucho porque en él guardas tus emociones y sensaciones frente a esa etapa de tu vida: “Ser campeona en Atlanta”.
Una de las partes que más me gusta del libro es el apoyo de tu familia con el fin de que tú pudieses cumplir tu sueño (supongo que como cualquier padre y madre haría con su hijo), sobre todo las cartas que tu padre te mandaba; eran muy emotivas en el sentido que te hacía ver que ellos siempre estarían ahí y que siguieses con tu sueño de ser campeona aunque para ellos ya lo fueras..., te apoyaban muchísimo.
Me llamó muchísimo la atención el control con la comida pero, aunque fuese duro, supongo que era lo que la norma regía para las entrenadoras, porque si para ser campeona en Atlanta María Fernández y Emilia os decían que teníais que comer eso, es lo que tendríais que comer; es más fuisteis campeonas. 
Me gustaría haber visto esa escena en vivo y en directo: la medalla colgada en tu cuello y esas lágrimas que caían de tus ojos; hubiese sido impresionante, muchas sensaciones y emociones habrían pasado por mi mente, y eso que no era yo la que ganaba la medalla. Pero el veros ahí subidas a ese podium, en el escalón más alto…, fue maravilloso.
Es más, cuando vi ese vídeo, un tremendo escalofrío entró por mi cuerpo, sobre todo cuando también veía lo emocionadas que estabais, pero cuando de tus ojos caían unas lágrimas fue súper emocionante de verdad, no me cansaré de decirlo nunca.
Gracias por haber decidido contar tu historia a través de Cristina, porque como ya he dicho ha sido maravilloso. 
Y con esfuerzo, todo se consigue, tarde o temprano…                             
Un saludo.
Elena López Barrera.

Carta de Anabel Sánchez


Estimada Tania:
 
Me ha encantado tu libro.
He tenido esa sensación de no querer parar de leerlo, de sentir nervios y curiosidad; en definitiva, de estar en aquellos lugares a tu lado, Tania, viviendo esos momentos.
Un duda: ¿no piensas que corriste un riesgo al no haber consultado con tus compañeras antes de publicar el libro y así haberte asegurado de que todas ellas estaban de acuerdo en ser nombradas en él?
Me parece increíble hasta donde has llegado y lo mucho que te ha costado.
No me cabe ninguna duda de que eres una mujer totalmente formada tanto física como psicológicamente gracias a tu experiencia.
En conclusión, si en el mundo hubiera más personas como tú, cargadas de esa voluntad y valentía, las cosas serían muy diferentes.
Te admiro a ti y a todas tus compañeras por ser como sois y por llegar a semejantes lugares.
Un saludo.
 
Anabel Sánchez

Carta de Mª Ángeles Marchena

Querida Tania:
He leído tu libro y me ha conmocionado mucho porque pienso que no has tenido una vida nada fácil, llena de lucha, esfuerzo y sacrificio, todo por conseguir un sueño, el de ser campeona olímpica.
Tu adolescencia, lejos de tus seres queridos, no habrá tenido que ser nada fácil y quizás otras personas (dentro de las cuales me incluyo) no hubieran soportado alejarse de ellos y menos por tanto tiempo y en fechas tan señaladas como lo has tenido que hacer tú.
También sé (según lo que nos dice tu libro) que el tema de la alimentación ha sido complicado y por el cual te tuvieron que echar del equipo, razón que no me parece nada justa porque después de todo lo que has hecho por él no pienso que te merecieras tal despedida por pesar dos kilos de más. Quizás este tema es el que más me ha llamado la atención, puesto que con 17-18 años pesar 43,5 kg no suele ser muy normal porque el cuerpo va cambiando, aunque hay muchas personas que pesan eso.
Me gustaría decirte que pienso que eres una mujer muy luchadora y que sabe muy bien lo que quiere y me gustaría darte muchos ánimos en esta vida después de todo lo que has vivido aunque también has tenido buenos momentos juntos a tus compañeras, como por ejemplo cada competición -sobre todo la más importante: Los juegos olímpicos de Atlanta-, cada salida a escondidas a comprar chucherías...
Yo y muchas más personas te tomamos como un ejemplo de superación y como un modelo a seguir dentro del deporte.
Está visto y comprobado que si una persona quiere puede conseguir algo.

Un saludo.
Mª Ángeles Marchena López

Carta de Rocío Borrero

Queridas Tania y Cristina:
 
Me llamo Rocío y soy alumna de 1º de Bachillerato del instituto IES Jacarandá de Brenes, en Sevilla.
He tenido que leer vuestro libro para la asignatura de Educación Física y -la verdad- creía que iba a ser un rollo... pero conforme fui leyendo me fui metiendo más en el personaje y en la historia.
Me he identificado con el libro porque yo, de pequeña, estuve en clases de ballet y me gustaba mucho; actué en muchos sitios encima del escenario y quería ser bailarina profesional  pero por motivos familiares y personales no pude cumplir mi sueño; ahora veo que perdí un trocito de mi infancia pues todas las tardes, después de comer, me iba a las clases de ballet mientras las otras niñas estaban jugando en la calle.
Me ha gustado mucho el libro. Querías cumplir tu sueño y lo cumpliste; hiciste muy bien, aunque pasaras por todas y cada unas de las cosas por las que pasaste.
Veo que vuestra historia ha sido muy interesante y muy bonita, ya que relatáis el amor de la familia cuando no están los padres al lado, cuando a pesar de todo tus padres, Tania,  te apoyaban y querían lo mejor para ti..., así que pienso que deberían leer "Lágrimas por una medalla" muchas personas más.
Desde aquí os mando un cordial saludo.
 
Rocío Borrero.

Carta de Charo Gaona

Querida Tania,


he leído vuestro libro "Lagrimas por una medalla", que has redactado junto con Cristina Gallo.
A mí, personalmente, el libro me ha llamado mucho la atención, ya que en él cuentas tu etapa junto a la gimnasia rítmica, como vives tu adolescencia y lo diferente que es comparándola con la nuestra, de los grandes esfuerzos que hicisteis tú y tus compañeras que habéis pasado por el equipo por poder cumplir vuestro sueño y debido a todo lo que pasasteis, pudisteis llegar a lo más alto del pódium, eso sí, siempre unidas como un gran equipo que formabais.
Por otra parte, quiero felicitarte por esta obra, en la que has plasmado lo que sentías cada momento, ya fuera rabia, felicidad, impotencia..., y en la que nos has enseñado el día a día de una deportista de élite, de todo por lo que pasaste y que a día de hoy te sientas orgullosa de haber luchado y de haber conseguido esa medalla de oro, y quizás más, de haber conseguido tu sueño.
Estuve viendo en internet el video de tus competiciones y tus lágrimas al recibir la medalla en Atlanta. Yo no entiendo mucho de gimnasia rítmica, pero... para mí fue espectacular y, la verdad, incluso me quede impresionada de cómo siendo tan jóvenes hayáis llegado tan lejos.
Sin más, felicidades por este gran libro y sobre todo por el trabajo realizado en la gimnasia rítmica española y por habernos representado, aunque no se hayan portado como deberían.

Un saludo muy fuerte

Rosario María Sánchez Gaona

Carta de María Fernández

No sé como comenzar esta carta porque me pone nerviosa que algo insignificante que yo escriba lo vaya a leer una campeona olímpica, aunque me sepa la historia de tu vida y haya leído entrevistas que te han hecho; nada puede compararse con estar en lo alto del pódium en unos juegos olímpicos. 
Tania, espero que no te moleste que te hable de tú en vez de usted, porque al leer tu libro es como si te conociera.
Quizás si nuestro profesor no nos hubiera mandado leer este libro nunca habría conocido tu historia.
Al comienzo del libro te vi como a otra persona cualquiera, una chica privilegiada que podía entrar en el equipo nacional, pero después esa chica comenzó a pasarlo mal, o mejor dicho, comenzaron a hacer que lo pasara mal. 
No entiendo como cuatro kilos “de más” pueden compararse a tanto tiempo de esfuerzo y dedicación.
Y creo que lo peor  fue los años posteriores a tu retirada cuando, según el libro, te sentías tan sola, como si te faltara algo.
Supongo que te habrá costado mucho decirle a Cristina, en las interminables entrevistas, eso que llevabas dentro y no le habías dicho a nadie y que espero que estés orgullosa de haber hecho este libro porque a mí -y espero que a mucha gente- me ha encantado.
En cuanto a tu vida después de la rítmica, me encantó poder comprobar que luchaste por tus derechos junto con Cristina y que eso haya servido para que hoy día los deportistas de élite tengan mejores condiciones.
Gracias a este libro he podido recordar lo que me gusta el deporte y que merece la pena dedicarle tiempo de nuestra vida porque nos la estamos dedicando a nosotros mismos.
Recomiendo "Lágrimas por una medalla" a todo el mundo, en especial a los deportistas de élite, para que no descuiden sus estudios y valoren cada segundo de sus vidas.
No me arrepiento para nada de haber leído la historia de tu vida, Tania.

María Fernández